Uno de los errores más comunes es no lijar lo suficiente: en este proceso se produce porosidad o asperezas que ayudan a mejorar la adherencia de las pinturas y barnices.
También se recomienda una lija fina para la madera y hacerlo siempre en la misma dirección: de esta forma evitaremos que la superficie se raye.
Como tercer paso, se debe limpiar bien el mueble: eliminar todo el polvo que haya quedado para luego pasarle un paño limpio y húmedo. Finalmente, es necesario esperar a que la madera esté bien seca para comenzar a pintar.
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