Las caídas a distinto nivel en una obra pueden producirse por la inestabilidad o la mala instalación de los elementos utilizados. Así como también, por no tener las superficies de apoyo adecuadas, por falta de orden y limpieza en la obra, o por realizar maniobras o acciones incorrectas.
Teniendo en cuenta que existen múltiples elementos que nos ayudan a llegar a la altura deseada (banquetas, tarimas, andamios, plataformas, etc.) nos vamos a centrar específicamente en los tipos de escaleras:
Escaleras de mano:
- Deberán tener en la parte inferior zapatas, puntas de hierro o cualquier mecanismo que impida que resbalen o se caigan. Mientras que, en la parte superior, deberán estar provistas de ganchos o anclajes de sujeción.
- Como norma general, no deben superar los 5 metros de longitud.
- Tendremos que colocarlas siempre sobre un suelo estable y contra una superficie sólida y lisa, formando un ángulo aproximado de 75 grados. Además, deberán pasar por lo menos 1 metro por encima del lugar donde se trabaje.
- Nunca colocar las escaleras frente a puertas ni sobre cristales o ventanas.
Escaleras de tijera o dobles: En este caso particular, han de disponer siempre de topes o cadenas que limiten su apertura.
Escaleras fijas: Antes de realizar cualquier trabajo, se debe comprobar que están en buen estado, limpias de obstáculos. Asimismo, verificar que no resbalan y, en todo caso, usar calzado antideslizante debidamente homologado.